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NIÑEZ RUBATA

Obras en óleo: Patricia Mano Tolentino 

Poesías: Rosalía Ramírez

EXPO: Image

EXPOSICIÓN VIRTUAL

Es para el Museo Judío de Sosúa un gran honor  poder hacer memoria del Día Internacional  de Conmemoración del Holocausto, 27 de Enero, inaugurando  esta exposición conmovedora, emotiva y real. 

"Entre las numerosas víctimas del Gueto de Varsovia, Mano Tolentino elige como sujetos de sus pinturas, única y exclusivamente niños, porque si robar la vida es un delito muy grave y malvado, robar la vida de niños inocentes es una culpa vergonzosa que raya en la verdadera locura. En el proyecto “Niñez Rubata“ el arte se convierte en denuncia contra la locura humana. Se necesita un gran coraje para resucitar el sufrimiento, y esta es la razón por la cual la pintura de Mano Tolentino, aunque es delicada en apariencia, es vigorosa, elocuente y valiente en sustancia"

- Roberta Semeraro

Me honra que el proyecto expositivo "Niñez Rubata", presentado por primera vez al público en el espacio de exhibición de la Magazzino Gallery en Venecia, con motivo del “Día de la Memoria 2020”, se hospede en el Museo Judío de Sosúa para el “Día de la Memoria 2021”. Las pequeñas  y  preciadas pinturas de los niños del Gueto de Varsovia realizados por la artista dominicana Patricia Shira Mano Tolentino, acompañadas de las poesías de Rosalía  Ramírez  , finalmente cruzaron el océano siguiendo el destino de los alrededor de setecientos refugiados judíos que en 1940 llegaron a Sosúa.

Es conmovedora la idea de que estas jóvenes existencias robadas a la vida, a pesar de su trágico destino, sigan viajando, gracias al arte, en el tiempo y el espacio, trayendo consigo un coro de voces de dolor y esperanza.

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1

De cara a la oscuridad
avanzó la tropa
con la fiereza a cuestas,
aria de piel y excesos hegemonía y crueldad,
la crueldad de un ejército de almas sin alma para atropellar sueños sin sueño.
De cara a la oscuridad
y para tatuar esta historia
en las huellas del horror,
avanzó la tropa que torció nuestros dedos,
alas adolescentes, rodillas y cuellos.
Y sin embargo, de espaldas a la oscuridad
crecerá nuestra luz,
crecerá la vergüenza
y la frágil e intermitente memoria humana…

2

Hoy recuerdo tu última imagen
desesperada y triste
en su camino sin regreso.
Mientras te alejabas
en aquel vagón oscuro,
tus latidos descontrolados
ensordecían al mundo,
desde tu rabia,
orquestando mi miedo.
Pero te veo clavado en mí
y no quiero verte tanto,
no quiero sentirte, no quiero llorarte.
Te fuiste sin tumba, sin plegarias,
sin velas, ni duelos, solo sin mí.
Pero anda tranquilo,
un día me dijiste que la muerte
no sabe vencer.
Mas hoy tengo miedo,
papá, extrañarte es remover el desierto
y dejar que me lastime su perfume.

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No hay grito,
ni dolor,ni angustia,
ni duelo,
no hay cansancio,
ni ruego,no hay deseo,
rabia o lamento,nada…
nada que pueda nombrar la terrible
impotencia de mis huesos.
Todo es estéril,los periódicos,
las noticias,las asociaciones
y las intenciones,
las leyes y los orfanatos,
nadie sabe, nada llega,
sólo la bestia y sus torturas,
el abuso del poder y sus formas
,la sangre y sus derrames,
las botas y los tanques.
¡Ay!, pequeño mío,
¿cómo impido que te espantes
si no puedo salvarte?

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Niño, niña sin tiempo,
niña, niño hijo de la ilusión
nacido del verso
para vivir en terror.
Niño, niña sin tiempo
y de alma vieja y triste,
¿dónde fuiste?,
¿dónde se escondió la alegría
y tus pupilas de universo?
¿En mi llanto,
en el llanto de tantos,
en la crueldad de aquellos,
en el amor de Dios?
Niña, niño sin tiempo,
tus ojos no son los mismos
ya no tienen su color.
Niño, niña sin tiempo,
mirada que cambia
del papel a mi lienzo.
Y es que contigo,
la mía,
también cambió.

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5

¡Qué húmedo es el llanto en soledad
de quien no entiende
su injusta suerte!
¡Qué húmeda es la grieta
cuando el destino es la muerte
de quien no puede volar cometas!
¡Qué húmeda es la distancia abierta
del abrazo cerrado
y la mirada que aquieta!
¡Qué húmedo es el amor vacío
de la infancia talada
sorda de risas!
¡Terror que espanta!
¡Qué húmedo es el dolor,
las ausencias, los silencios!
Y allá, allá donde vive el horror
y la guerra de razas,
donde se decapita el paso de la ternura
y la mano nazi vomita agruras,
allá...allá...
¡qué seco es el amor!
¡Qué húmedo es el tiempo
de quien no sabe por qué nació!

6

Detrás de este horror
obstinado en mostrarme
mil facetas del miedo,
detrás de mis ojos
que lamen tornados
de estiércol y pesadilla,
por debajo del hambre,
los olores perversos
y la podredumbre,
existo.
Sin destino,
sin nombre,
aún resisto.
En la frontera demencial
aferrado a mis huesos
sin saber quién soy,
escondiendo este yo
perturbado
escaso,
herido,
desgarrado,
atormentado
e infamemente solo…
existo.
Soy un niño.

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7

Mujer judía, hija de Abraham
y de hijo arrebatado,
¿qué tengo yo de ti?
¿qué tienes tú de mí?,
¿qué espacio coexistimos
que me duele tanto tu dolor
y me estalla tu llanto?
¿Serán las raíces tuyas
y las raíces mías
que se guiñen mudas bajo nuestros pies?
¿Qué nos pasa tan juntas
que esta noche
al pensarte
estoy tan triste?

8

Hambre, asesino desnudo,
camino brutal a la ausencia,
muerte fiera,
dolor que canta,
verdugo mudo.
Hambre llena de barrigas enfermas,
crónicas e injustas,
hambre hija de la humanidad oscura
que se aferra a crueldades acérrimas,
egoísmos disfrazados
y viejas torturas,
te llevarás mis sueños,
mi novato remo,
mi futuro ciego.
Hambre segadora en serie,
cínica dictadora,
deceso lento,
me engañas con tus migajas
y bocado incierto,
mas soy presa segura de tu gula
y voracidad sin dudas.
Y comerás mi carne
y anhelo fecundo
para llevar por siempre
la culpa del mundo.

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9

Calle adoquinada de huellas
que viste crecer Varsovia,
tú que sentiste correr los pasos
de la invasión y la guerra,
cuéntame de él.
Dime su nombre,
dime si jugaba sobre tu piel de historia, dime si dormía acunado
en un altibajo de tu abrazo de piedra,
si lo viste llegar solo y cansado
y luego irse aterrado aquella mañana
confusa que se tragó su voz.
Dime, calle de eterno llanto,
si le recuerdas,
si salvó su espalda la suerte
o la homicida muerte sólo dejó otro olvido
sin genealogía, sin descendientes…
Y a nosotros, huérfanos por siempre.

10

En aquellos días
xenofóbicos y torpes,
aspiró lo injusto por primera vez,
bajó al fondo
sintiendo su eco
de oquedad tormentosa,
y sin entender por qué,
conoció el rostro del destierro
y sus facetas.
Mas sin embargo,
tal y como ocurre en los milagros,
pegado a su espalda
siguió latiendo
un corazón manso
con la infantil alegría
permanentemente
al acecho…

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Envejece el alma lentamente
cuando la mirada se hace corta
y ausente de atisbos de luz.
La piel se cansa de tanta incertidumbre
y de un futuro inexistente
que viene a cobrar poro a poro,
y en una sola bocanada,
las horas que no llegarán nunca,
las que se amontonaron un día
para dibujar para siempre
esta prematura vejez
que llevo dentro.
Sólo hasta ayer,
fui sólo un niño
con amagos de amor,
hoy, un anciano precipitado
por aquel odio,
mañana, el olvido en un papel.

12

¡Qué terca eres, ternura!
¿Cómo persistes?
¿Cómo mantienes inquebrantable y quieta
tu llovizna de algodón?
¿Por qué sobrevuelas
sobre lo abrupto del destino
desafiando sus asperezas
de sangre y dolor?
Eres terca, ternura,
tu tibieza y sus lazos
no leen las muecas
del frío rictus del acero,
ni las futuras cámaras
y sus gases de cianuro.
Y yo veo sus labios sonreír despacio
frente a las huellas
de mis ojos asombrados,
y no sé si espantar su ingenuidad
o dejarme abrazar por ella.

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13

No caen las promesas al vacío,
ni el pacto de amarnos
más allá del camino.
Nuestros hijos, aún por llegar,
conocerán esta historia
de persecución,
clandestinidad,
y resistencia.
Por ellos, amor mío,
alza ante la humillación
tus tradiciones,
tu fortaleza,
tu joven brío.
No tuerzas el paso,
esconde las llagas,
no decaigas nunca,
que cantará feliz el abuelo
al vernos regresar a casa.
Y como todo adiós es falso,
lucha.
Volveremos a vernos.

14

Llevaba en la cara interior de su piel
un mural escrito con frases aterradas y hambrientas,
voces a coro que gritaban desesperadas por la migaja negada,
frases propias de su garganta y su panza vacía.
Frases ajenas del vecino irreconocible y transformado por el hambre.
Frases que retumbaban el cielo y sus esquinas.
Por eso decidió arriesgar su vida un día y con zancada de contrabandista, voló cercas y lares en busca de un poco de miel para su madre.
Fue por su sonrisa que escapó de nuevo una y mil veces desafiando al odio perverso, ese que una noche, su última noche, pateó a muerte su rostro, su valentía, su amor, poniendo al descubierto en la cara interior de su piel, mil veces escrita la palabra “mamá”.

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15

Desde una fracción del tiempo
tu imagen nebulosa
me dice cosas
que no entiendo.
Me acerco…
casi logro tocarte…
Entonces pincelo en ti
cada detalle perdido de tu rostro
para devolverte el aliento robado,
para regalarte un poco de mí
que te respire dentro,
que despierte tus latidos de río claro,
y vuelvas a soñar llena de anhelos.
Y porque el corazón afilado
es de semilla que germina,
un día coincidirán
de tus sueños las esquinas.
Andan sueltos los milagros.

16

¡Grita, memoria!
Rechaza para siempre
al silencio cuando calla
este recuerdo que avergüenza,
este terrible gigante oculto
que con coraje se atrapa
ante la realidad despreciable
del crimen humano,
del crimen de razas.
No, no huyas, memoria,
hazle frente a la verdad,
que no hay nada más cobarde
que ignorar un niño
sobre manos asesinas.
No te ciegues, memoria,
mira sus rostros,
cuenta de sus alas malheridas
e historias suspendidas
de agónica espera.
¡Basta de silencios, memoria!
Permíteles ser luz
para otros niños de vulnerable esfera.
Memoria, no olvides,
¡grita!,
aún esperan.

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17

¡Eras apenas muy joven
y aún no sabías
la fuerza que tenías!
Sobreviviste el silencio
de tanto miedo
y tu voz atravesó
las ondas del tiempo.
Hoy no entiendes
cómo uniste tus pedazos destrozados
y elevaste tu orgullo estrangulado,
porque el dolor,
no descosió el recuerdo triste,
ni desató los setenta nudos
de memorias cosidas,
ni aflojó la huella de tu ira.
Mas tampoco logró
silenciar tu pueblo,
deshacer tu alma,
multiplicarte el amor,
ni apagar tu garganta decidida.
No, no pudieron callar tu valentía.
¡Eras apenas muy joven
y aún no sabías
la fuerza que tenías!

18

Amaneció el campo de nuevo triste.
Otra humareda de blanco descenso tocó su tez de tierra,
y un aterrador bullicio de palabras confusas presagiaban el final de la guerra.
Allí, en la última marcha hacia la muerte, una niña con iris de ilusión, cantaba…
“¡Que la alegría sea razón, la igualdad, la danza y un abrazo, solución!”
Cuentan que esa tarde, una lluvia de cenizas con su rostro, abrazaba el mundo con su canto esperanzador.
Y duele saber que hoy aún se escucha su voz callando al olvido en cualquier rincón…
“¡Que la alegría sea razón, la igualdad, la danza y un abrazo, solución!”

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 Fotografías: Hilary Zetler

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EXPO: Pro Gallery
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La Génesis de Niñez Rubata 


Niñez Rubata comenzó del encuentro  con la foto de un niño que reflejaba en su cuerpo, en su rostro, y en su mirada, el frío, la miseria,  el miedo, y una tristeza infinita y dolorosa.  Esa foto era la de un niño judío que vivió en el Gueto de Varsovia,  la antecámara de la muerte ineluctable y violenta de cada niño o niña, cuya única culpa fue de haber nacido de padres o abuelos judíos.


Rosalía Ramírez y Patricia S. Mano Tolentino trabajaron mano a mano en el proyecto Niñez Rubata.   A partir del primer retrato pintado, la poesía  ilustró con palabras lo que las pinceladas querían mostrar.

Rosalía y Patricia son amigas de infancia, la cual recuerdan alegre, segura, y provechosa.  De esa conciencia de haber tenido una niñez protegida nació esta expresión artística hacia la infancia desprotegida; darle esos rostros infantiles cuyas vidas fueron truncadas, por el retrato al óleo, un lugar en la memoria, y por la poesía, una voz. 

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